¿Qué es una economía circular?
Más allá del actual modelo industrial extractivo para la toma de residuos, una economía circular tiene como objetivo redefinir el crecimiento, centrándose en los beneficios positivos de toda la sociedad. Implica desvincular gradualmente la actividad económica del consumo de recursos finitos y diseñar los residuos del sistema. Sustentado por una transición a fuentes de energía renovables, el modelo circular construye capital económico, natural y social. Se basa en tres principios:
- Diseñar residuos y contaminación
- Mantenga los productos y materiales en uso
- Regenerar sistemas naturales
El concepto de economía circular
En una economía circular, la actividad económica construye y reconstruye la salud general del sistema. El concepto reconoce la importancia de que la economía tenga que trabajar eficazmente a todas las escalas, tanto para las grandes como para las pequeñas empresas, para las organizaciones y los particulares, a nivel mundial y local.
La transición a una economía circular no sólo equivale a ajustes destinados a reducir los impactos negativos de la economía lineal. Más bien, representa un cambio sistémico que construye resiliencia a largo plazo, genera oportunidades comerciales y económicas, y proporciona beneficios ambientales y sociales.
Ciclos técnicos y biológicos
El modelo distingue entre ciclos técnicos y biológicos. El consumo ocurre sólo en ciclos biológicos, donde los alimentos y los materiales de base biológica (como el algodón o la madera) están diseñados para retroalimentarse en el sistema a través de procesos como el compostaje y la digestión anaeróbica. Estos ciclos regeneran sistemas vivos, como el suelo, que proporcionan recursos renovables para la economía. Los ciclos técnicos recuperan y restauran productos, componentes y materiales a través de estrategias como la reutilización, reparación, remanufactura o (en el último recurso) de reciclaje.
Origen del concepto de economía circular
La noción de circularidad tiene profundos orígenes históricos y filosóficos. La idea de retroalimentación, de ciclos en sistemas del mundo real, es antigua y tiene ecos en varias escuelas de filosofía. Disfrutó de un renacimiento en los países industrializados después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el advenimiento de estudios basados en computadoras de sistemas no lineales reveló inequívocamente la naturaleza compleja, interrelacionada y por lo tanto impredecible del mundo en el que vivimos, más parecido a un metabolismo que a una máquina. Con los avances actuales, la tecnología digital tiene el poder de apoyar la transición a una economía circular mediante el aumento radical de la virtualización, la desmaterialización, la transparencia y la inteligencia basada en la retroalimentación.
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